Ni focha, ni pato real,
ni negro ni blanco, -quizás vertical-
y una inocencia interrogante ante tu forma de mirar;
vestido de noche de nieve.
***//***
Te acompaña ese imponente nombre imperial,
te llaman: "Mandarín" jefe de la casa real;
-quizás seas el Rey niño- pero no siempre
ríe el niño niño, cuando mira al pato niño.
***//***
Se pregunta el pato atribulado:
¿fui yo sin duda el niño pájaro?
allá, en la China, en los fríos archipiélagos:
cuando me miró con sus viejos ojos de la mar;
me dí cuenta de su belleza sin par.....
***//***
Lo que él tenía no eran alas,
eran bellos abanicos de cristal lo que llevaba
a sus costados: tenía la edad de la sal,
la edad de los dragones de fuego.
***//***
Y me miró desde esa edad:
desde entonces sé que no existo..
que soy poco más o menos que una nube en el viento;
que cuando quiera me hace desaparecer.
***//***
La razón de mi respeto, por aquel omnipotente..
se mantuvieron siempre firmes, pues aquel pájaro
religioso no necesitaba volar, no necesitaba
cantar, pues aunque pequeño, su imponente majestad
era visible a todos los demás,-estático viajero-.
**************************************
Reservado el derecho de autor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario