Rincones típicos de mi pueblo que tienden a desaparecer,
callejones con mucha historia, que alguna no se puede contar;
son de admirar esos callejones empedrados a la antigua
usanza, cobijados con rústicas maderas y viejas cañas.
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El viejo pozo con su brocal de ladrillo moro,
los arriates adosados a los muros;
la pequeña fuente con sus cristalinas aguas,
la parra que se afianza a sus grietas
y macetas de geranios y claveles, muchas, muchas macetas.
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a los lados sus rústicas casitas, con sus equipales criollos,
cocina de leña, que a la par es comedor;
los enormes cajones de madera rústica de encina,
mesas de pino, tan nobles como el lino.
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Lino fino, del de antes, que duerme en los roperos,
lino de la estopilla y de los bramantes...
las estrechas escaleras y los pequeños ventanales;
y sus vidrieras de vidrios poligonales.
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Los viejos cornizones de los labrados balcones,
con sus cornisas antiguas de pechugas de paloma;
donde anidan los vencejos y golondrinas,
y sus típicas ventanas morunas.
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Las cuales guardan un embrujo
como ningunas...
donde pelaban la pava los novios con las novias;
con la luz cómplice de la luna....!
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