¿Dime mujer:
si por ventura en una noche de plenilunio
que tú bien sabes cómo se transforman algunas fieras,
y mis pasos me encaminan hacia tu alcoba?
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Y mis dientes brillan al borde de tus labios,
mi caballo en tu ventana relinchando,
y en la cocina trasteando oyeras a Sancho diciendo:
¿dónde está el pan, el vino y el gazpacho?
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¿cómo responderías oyéndome decir:
!abrazame Dulcinea del Toboso!?
romperías a reír desconcertada,
o me cojerias entre tus brazos como unas aspas...?
***//***
¿O romperías todas las leyes sociales y religiosas,
y te entregarías sin condiciones
a ese gran amor que te sujeta?
Pues decídete pronto, que la luna se va
y el sol viene que quema....!
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Yo sé que si me encuentra tu mirada,
aunque te lo prohiban tus principios,
me pintarás con el pincel de tus deseos
y no te resistirás a esa jugosa tentación.
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Y me dirás bravo quijote:
yo te amaré por todas las mujeres de la tierra...!
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