Me despierta con el alba, el dulce trino
de una alondra enamorada,
el aroma que deja en la habitación cada mañana.
Pone en alerta a mi abnegada guardia,
y mis instintos dormidos sobresaltados me llaman;
que ya llega el día y muy pronto se marcha....
Y yo fiel guardia de tu cuerpo y de tu alma,
en vano trato de retenerte aunque solo sea
por unos breves momentos pagada a mi cuerpo,
y te digo como dicen los bachateros.
No! no!, no!.. ningún espacio vacío....!
entre tu cuerpo y el mío...!
y entre tu boca y mi boca,
va y viene una paloma,
para prometernos fidelidad, en el transcurso de estas horas.
Y con suspiros atascados en mi garganta, te digo:
hasta la noche corazón, y si sientes un dolor
parecido al que yo siento, Dios quiera que en tu lamento
no sucumba en la ignorancia y te atraviese
la distancia sobre las olas del viento....!
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