No intentes poner tus manos sobre este Ángel negro,
-hasta la más tierna caricia le parecería
la mano asesina del intrépido verdugo-
no intentes contarle tus penas en frío.
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Tu voz, aunque suave la asustaría,
como un trueno en mitad de la noche oscura;
no remuevas las aguas del pantano, ni siquiera respires..
!!Para ser tuya tendría que morir primero!!.
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Confórmate con su salvaje lejanía,
con su belleza de mujer Ángel,
-y si vuelve la cabeza, mejor que te trague la tierra-
no rompas el hechizo de esta tarde de primavera.
***//***
Trágate tu amor propio he imposible,
ámala en la distancia y en libertad;
ama el modo en que ignora que tú existes y la observas,
-ama el cisne negro....!
***//***
Con la luna ha llegado hasta este prado
sin que su suave vuelo lo notaran mis perros;
segura y feliz se ha posado sobre ese seto,
dejando la puerta abierta para su vuelo.
***//***
Sin darte cuenta has abierto mis ojos
y has puesto mi corazón sobre aviso;
tus alas siempre en posición de vuelo.
La verdad que siendo tan bella, no sé
a que le tienes miedo...!
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