Por ser poeta y trovador
y expresar lo que siento y lo que pienso,
en todo y en todos me voy convirtiendo.
En mi soñar de poeta
me meto en la piel del cantante y del atleta,
en el paralitico y en el político,
en el pederasta y en la hermosa muchacha
en el corredor caído que gime profundo
y cuando se levanta soñador
se siente triunfador del mundo.
Soy el niño que cayó aquel triste día
en la montaña profunda,
después de tanto esfuerzo
no consiguieron recuperarlo con vida.
Abro los ojos del recién nacido
y lloro por el placer del neonato;
tal vez le tenga miedo a la luz,
la de este mundo que no es tan santo.
Yo soy la anciana con temor del tiempo,
el muchacho con miedo de la vida
y el bosque con temor al hacha y al incendio.
Me debo a las musas y sus caprichos,
que en sus juegos caprichoso
me traen sirenas, mariposas y otros bichos,
yo los prohijó y los abrazo...!
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