Vine del mar, del mar mediterráneo,
de aquel mar vertical y bravo que mis progenitores
supieron que era bravo y se desbordaba,
de aquel sur de España, pero que ellos no vieron..
Se abrió la embarcación de los atunes
y al sur se fue envolviendo con la tromba
y en Zahara de los atunes perecieron...!
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Yo le ofrecí mi protección y la sal profunda de mis ojos,
pero era pequeño para tan magna odisea;
y allí en la almadraba fallecieron..
!!Ay, los mares!! cuanta vida llevan, pero cuanta
muerte reciben del hombre ingrato...!
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Hay los mares, así que se adueña de todo el territorio
donde los niños juegan, entre el charco,
la arena y la piedra, encarrerando el corazón
por tanto caminar aventurado,
que junta los azúcares del lago con las jaras del bosque.
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Los nunca serenos mares donde el atún escala
las redes angulares y disfrazadas de un enigma;
que astutamente le tienden los intrépidos pescadores,
para sacrificarlos como reos inocentes....
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Para dueños y vigías de mares antagónicos,
que trafican con su roja carne
como tesoros inmaculados...
Desde la montaña observa el oso despavorido,
como la mar pasa de azul a rojo en un suspiro....!
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