Una mujer tan misteriosa y cuidadosa
que a mi el gusanillo de la curiosidad
no me deja sin saber cual es el león que le olfatea
en su nunca ni los pájaros amarillos
que le trinan a la sombra del cocotero
cuando suavemente en su hamaca se columpia.
***//***
Así en mi morbosa curiosidad
escribo con cierta ansiedad,
versos casi secretos a la luna y a la hierba,
en busca de algún misterio
que me aclare el deseo de sus besos.
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No es fácil de adivinar lo que una rubia
puede pensar a la sombra de un cocotero,
en una hamaca tendida a la orilla de la mar..
alcanzar la palabra o captar
lo que dice su piel con su cabello dorado como el oro
cautiva del mar caribe.
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Cuando yace al sol del tropico
tostándose sobre un toallón dorado
como la arena que se fundirá poco a poco,
casi sin darse cuenta....
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Pero que no se preocupe que ya llegará
la noche y le pasaran la factura...
Es entonces cuando yo no quisiera estar
en la piel sensible de la rubia aquella....!
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