Nosotros que fuimos una parvada de pájaros,
-pero no fuimos tantos-
y en mi banda no hubo médicos ni sacerdotes..
nos criamos desperdigados bajo el sol.
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Algunas yerbas nos curaban el dolor de nuestras barriguitas,
y la religión sólo entraba cuando las campanas
repicaban o doblaban;
alborotando al jilguero o al canario.
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Mis papas siempre vigilantes
mientras los demás jugaban..
Aquí todos han muerto con una modestia conmovedora;
mi papá lo cogió a traición el Ángel negro.
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Una fría tarde mientras buscaba setas en el "Cortijuelo"
ahora nosotros ninguno arquitecto o juez;
en el corazón de la modesta banda de pájaros..
-en la tribu de los "perdigones"-.
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Una de las sobresalientes aves..
no tuvimos grandes negocios ni suculentos capitales;
algunas veces nos ponemos trágicos y nos preguntamos
por la muerte o la pandemia del "coronavirus".
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Este murmullo nos reconcilia con el otro murmullo del río
por su ribera anduvimos matando lagartijas y cigarrones;
reventándolos con el pico sobre las piedras del rió,
tan metafóricos que nos daba risa.
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Nadie nos observaba en la ribera por aquellos años..
sólo nosotros y nuestra camada....!
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