Recuerdo con pena y resignación
la escena de dolor, que representaba mi padre
el treinta de cada mes,
ante el estúpido "señorito" andaluz.
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Cuando cobraba sus miseros treinta duros
y su "hato" que era todo su salario;
y unas migajas de comida que le daban para alimentarnos,
que consistían en: una fanega de trigo,
dos medios de garbanzos, dos litros de aceite,
y dos kilos de tocino, entre fresco y añejo para todo el mes....!
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Y le decía con chanza el estúpido del "señorito":
!como se vais a poner-"perdigón"-!
me apenan los treinta duros mensuales,
aquel ridículo "hato" de los años cuarenta,
del siglo pasado y me apena aquella ridícula comedia.
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Si unos supieran reconocer
los abusos cometidos y sus desvergüenzas;
otros hace mucho que comprendieron
el destino de su atroz miseria....
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Cuando se utilizaban las adormideras
para disfrazar el hambre de los niños pobres,
y el corazón te hervía en el pecho
cargado de razón y de remordimiento.
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Y la garganta reseca y cálida
te invitaba a que no te callaras..pero tuvo
que callarse hasta que le dieron su pensión....!
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