Y saber poco a poco como eres tú
fruto que cuelga del árbol..dulce mango
que cada día me reservas una agradable sorpresa,
conforme te voy probando.
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Yo ya te imaginaba dulce y agradable
como el fruto del mango, y saber luego que eres tú,
frágil como una rosa entre mis brazos;
mortal como un indefenso pajarillo ante mis ojos,
inflexible a mis oídos y esclava de mi lengua,
que sabe como nadie saborear la fruta madura.
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Jamás me dijeron el nombre del mango, lo supe al olerte..
supe de tu aroma y tu dulzor cuando te saborearon mis labios,
trepar, trepar por tu cuerpo sin prisa pero sin pausa
y ser este el fruto que me ofreces, para nada prohibido...
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Pero siempre un palmo más arriba,
siempre esa larga espera que se hace interminable;
y hallar al fin, exagüe pero doblemente recompensado
al saber que es en mi donde tú estabas,
pues yo se que tú estas en todas partes
y no sólo en las flores donde yo te he buscado:
Que es ese nombre tan redondo de mujer
el que se desangra en mi garganta...
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